lunes, agosto 18, 2008

El Caracol de Agosto para descargar

Para los amigos que no viven en Paraná pero que les gustaría poder leer nuestro Caracol, a partir de este mes lo vamos a colgar de este sitio en formato PDF. Aquí les dejamos El Caracol de agosto... salud!

El Caracol Agosto

viernes, agosto 15, 2008

Trazos y retazos ( o breve descripción) del taller realizado con la universidad trashumante.

Luego de andar y andar, corresponder, ordenar los libros, sacudir el polvo, al fin la confluencia con los compañeros de la universidad trashumante fue un hecho que abrió más de una tranquera.
Nos reunimos el sábado a la mañana para comenzar el taller que caminaríamos la tarde del sábado y del domingo.
Entre la búsqueda de los trashumantes, la apuesta por la expresión artística en la reflexión política pedagógica, ocupa un lugar no menos importante que la circulación de la palabra. Con la fuerza de esa convicción, Tacu entra con una colorida valija al salón de la biblioteca, donde los presentes estamos sentados en ronda y empieza a revolver en ella retazos que le sirven para tejer un relato acerca de la universidad trashumante. Momentos del relato son interrumpidos por Laura, Federico, Danilo, Carina, Natalia, Cecilia y Adriana con dramatizaciones que completan la historia y la actualizan.
Luego somos nosotros, los convocados al taller, los que caminando el espacio del salón tendremos que imaginar el equipaje que llevamos, para que cuando nos detengamos podamos sacar de él las pasiones que tengamos más a mano, componerlas en palabras y contarlas a los otros. Ahí arrancamos.
Lo que vino después fueron un par de actividades que trabajamos en grupos más pequeños primero para luego trabajarlas en la gran ronda grupal. Las consignas, bichitos de luz, que revoloteaban entre las voces punteaban un tema para pensar: la realidad, nuestra realidad, la realidad que cada uno siente y ve cuando dice “realidad”. Primero ensayamos una representación, donde asomó el juego, la parodia, la danza, el teatro, lo que aprovechamos como material para hacer el ejercicio de nombrar problemas que identificamos cuando hablamos de realidad y ubicar esos problemas en el tiempo: cuales son históricos y cuales más actuales. Así construimos el primer momento que cerramos provisoriamente para almorzar juntos. Compartir la hora de comer fue seguir encontrándonos: conversar la vida, los sueños, los orígenes, las pasiones que escuchamos de los otros, contar chistes, hacerle un sanguchito al compañero, tirarse a la sombrita a descansar un rato.
La tarde del sábado nos sorprendió otra vez en ronda. Seguimos en la compleja tarea de problematizar la realidad, ahora con preguntas que si bien no pretendían una respuesta contundente, era una invitación a pensar nuestras prácticas y volver a preguntarnos sobre ellas. El trabajo de problematizar la realidad y profundizar en sus problemas y en sus causas corresponde a un momento metodológico del taller: El momento de “la denuncia”.
La nochecita del sábado nos encontró en una ronda de creciente calidez y cercanía. Nos despedimos con folklore y abrazos.
La tarde del domingo esperaba nuestra ronda. Nos reunimos avivando la llama de un fuego simbólico que encendimos el sábado para calentar el cuerpo y afianzarnos en el encuentro. Y así el domingo, comenzábamos a construir el otro momento metodológico del taller que los trashumantes llaman “el anuncio”. Para empezar trabajamos con crayones y papel. Con música de fondo cada uno tenía que dibujar como se veía en los próximos dos años. En grupo, compartimos las producciones. Entrever las diferencias y lo común era la consigna para que con los dibujos individuales fuéramos construyendo uno más grande. Retazos de lana, cintas y pegatinas vinieron a completar un cuadro hecho de caminos que entraban y salían, pero que nos encontraban.
Para desandar la propuesta del “anuncio”, nos invitaron a pensar alternativas para esa realidad que veníamos denunciando. ¿Con quienes? ¿Desde donde? Y ¿Cómo?, fueron las preguntas que nos plantearon discutir.
Cerramos el taller volviendo a abrir la valija, esa que nos había acompañado desde sábado por la mañana. Esta vez para ver si las pasiones que teníamos a mano eran las mismas, si había nuevas, reconocer que cosas se habían removido y también si queríamos aportar con alguna evaluación de la vivencia.
Otra vez y de nuevo, cada uno “tomó la palabra”.

“Somos los dinosaurios del futuro”

Julio Fink, el Islero:

Un mensaje de texto: “¿tenés ganas de charlar del río?”. El Islero me responde que por supuoesto, que me espera en su casa. Boulevard Racedo al 200, una puerta de rejas. Enfrente el viejo Ferrocarril devenido dependencia del Registro Civil, Bomberos Voluntarios, un centro cultural municipal, una escuela secundaria, un montón de fierros y máquinas abandonadas. Le mando un nuevo mensaje de texto, tal me lo pidió: “ya estoy aquí”. Y entonces lo veo venir, con su caminar casi forzado, marcando uno a uno los pasos, cual si fuera marioneta. Una llave le cuelga del cuello. “¿Vos querías hablar de río?”, me recibe, “primero te voy a mostrar un poco de urbanidad”. Abre el candado de la puerta de rejas y me hace pasar. Entonces me conduce por un submundo que parece haberse quedado detenido en el tiempo, hace por lo menos medio siglo. Treinta y nueve habitaciones de tamaños diversos, permiten a treinta y nueve familias, llevar una vida muy indigna, bastante indigna y en el mejor de los casos, poco digna. Diez baños, ducha e inodoro, y diez piletas de lavar, distribuidas en dos quintetos, uno por patio, completan este conventillo desordenado, que sin mucho esfuerzo de imaginación, recuerda a la vecindad del Chavo del 8.
“¿Viste lo que es esto? Acá está la gente”, me dice el Islero. Según cuenta, una depuración policial hace unos meses, limpió el lugar de una mafia que vendía armas y drogas. La marginalidad se quedó igual, enclavada en el hacinamiento más anacrónico de este nuevo siglo.
La puerta 21 es la de Julio Fink, tal el nombre del Islero. Pequeña habitación donde entran algo ajustadas al espacio, una cama, una caja que oficia de mesa de luz y respectivo velador, y tres cajas de manzanas con todas sus pertenencias. La guitarra cuelga sola de la pared.
Julio habitó durante veinte años, las islas que se hallan frente a la ciudad de Paraná. Allí vivió de la pesca, del cuidado de campos y del cruce de ganado. Volvió a la ciudad hace un par de años y desde entonces, se gana la vida cantando canciones de río y entrerrianía en la peatonal. Una gorra invita a los que pasan, a valorar su trabajo, con monedas y billetes, en el mejor de los casos. “Además, cuando hay turistas que quieren conocer el río, me llaman de la Municipalidad para que les cuente y les cante historias con guitarra”. Dice que por esto no recibe sueldo alguno, pero que le permiten pasar la gorra. “Me conviene más”, aclara.
- ¿Por qué te fuiste a vivir a las islas?
- Por necesidad laboral y por curiosidad: quería conocer el río Paraná como ecosistema, motivado por el cancionero que escuchaba. Aquel entonces, lo conocí con una gran variedad y cantidad de bichos, aves y peces y en dos décadas, lo vi experimentar un cambio radical. La laguna Anacleto, que comprende unas 2000 hectáreas de bañados que terminan en el río, tenía sus aguas navegables. Era un verdadero vergel de nutrias, patos y aves acuáticas. Con el correr de los años, después de grandes inundaciones muchas de estas especies desaparecieron por completo.
- ¿A qué atribuís esto?
- Yo no acepto la tesis de la responsabilidad de la inundación en este cambio, porque siempre hubo inundaciones y las crecidas del río, nunca fueron negativas. Todo lo contrario: las crecidas dejan sedimentos que conforman islas, en ellas se constituyen verdaderos ecosistemas.
Julio se retira un poco y desde detrás de un sifón de soda vacío, desempolva una botella de vidrio con una bebida transparente. “¿Algo calentito?”, me ofrece. Respondo que no y agradezco. Afuera atardece, se enfría el otoño y una fría garúa vuelve grisáceo el cielo de mayo. Entonces, como si un recuerdo se apoderara de él, Julio vuelve sobresaltado y me toma del brazo: “¡hasta la comadreja mora desapareció!, que es uno de los bichos más resistentes… y sabrosos de esta zona”. Entonces retoma pausadamente su relato:
- …Nunca supe con total certeza, por qué se dio todo este cambio, pero atribuyo parte de la responsabilidad al represamiento en el Alto Paraná.
- ¿Por qué?
- El fondo del río tiene un movimiento inestable por naturaleza. En estos veinte años, pude ver cómo el río vino comiendo más islas de las que vino formando. Yo adjudico eso al poco sedimento que baja, por la presencia de las represas.
- Y la merma en variedad y cantidad de peces, ¿se debe a esto puntualmente?
- Y a la necesidad y ambición de los mercados, por tener harina de pescado para utilizarla como alimento balanceado en la cría de animales. Los frigoríficos que se ocupan de su fabricación, desoyendo las leyes, utilizan mallas de arrastre con eslabones de ocho centímetros de diámetro para pesca de río. Estas mallas están autorizadas sólo para lagunas y arroyos, para la pesca de tarariras (también llamadas taruchas, dientudos o taragos).
- ¿Qué medida deben tener estas mallas para río según las leyes?
- Eslabones de 16 centímetros de diámetro, que permitan garantizar que las especies que aún no pusieron huevos, no queden atrapadas y de esa manera, no se corte la cadena reproductiva. Una de las especies más perjudicadas con esta práctica indiscriminada, es el sábalo. Y este dato es de suma importancia, ya que es precisamente el sábalo, una de las especies iniciadoras de la cadena, tanto cuando es larva como cuando es pez.
Hace una pausa, va al baño y al volver, otro sorbo a su bebida blanca, para arremeter nuevamente con un ademán muy suyo, como desplegando ansiedad en cuotas mínimas, dispensadas con sigilo, casi secreteando: “éste, sin embargo, no es el problema más grande”.
- ¿Entonces?
- Aquí la soja merece capítulo aparte… “La soja no se cultiva en cañadas ni se pesca en el río, ¿qué tiene que ver con los pescados?”, podría preguntar alguien. La soja es una de las leguminosas más calificadas para alimento humano. Pero para tener buena rentabilidad con la soja, hay que combatir a los bichos enemigos naturales de la soja. Y para esto, se utilizan plaguicidas químicos de alto grado de nocividad. Cuando llueve, el agua arrastra estos plaguicidas hasta los arroyos y cañadas, y de ahí al río. Estos plaguicidas no matan solamente plagas, sino también larvas.
Julio es una enciclopedia y casi un pedazo de barranca entrerriana. Condensa en sí, saberes de orígenes harto múltiples. Respeta por igual a un científico premio Nobel y a un baqueano analfabeto. Incluso, de alguna manera, es vocero de estos últimos. Lúcido en sus análisis, desprendiéndose específicamente del tema del río, y casi como anunciando el cierre de la entrevista, señala un tanto apocalíptico:
- Lo que he visto en veinte años, he investigado que se tendría que dar en unos 3000 años. Veo muy poca probabilidad de que el ser humano se salve como especie, ante las modificaciones que viene haciendo.
- ¿Cómo se puede salvar el hombre de todo esto?
- Con algo tan radical como detener todos los automóviles del planeta.
Ante semejante respuesta, un silencio se apodera del aire. Julio hace una sonrisa, frunce el seño y se acomoda el nudo que ata su larga cabellera entre rubia y canosa. Entonces vuelve a mí, como habiendo hallado las palabras justas para despedirme y dejarme el título de mi nota:
- Somos los dinosaurios del futuro… Con una diferencia, a los dinosaurios los extinguió un meteorito; el ser humano se extingue a sí mismo.
Dejo atrás los mil y un pasillos de este conventillo de nuevo siglo, Julio pone candado a la puerta con rejas y se va para dentro. A las pocas cuadras, me meto al ensayo de una banda de rock que, con todo el peso de su contemporaneidad, también me habla de la cualidad autodestructiva del ser humano. Pero eso ya excede la entrevista a Julio Fink, el Islero.


Pablo Rodríguez,
publicado en El Caracol, boletín periódico de la Biblioteca Popular Caminantes de Paraná

domingo, agosto 10, 2008

Caminantes en San Francisco

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Caminantes en Paraná y viento en San Francisco (Córdoba), viajamos al compás de los convites. La biblioteca popular Somos Viento, cumplió dos años de vida intensa y con esa fuerza organizó un cumpleaños concurrido de gentes, risas, músicas, palabras, tambores y todos los que se arrimaron entre los vientos favorables de otros lares. La murga “La Estación” (Córdoba), con la recuperación del carnaval y su trabajo en escuelas con niños; los “Del Puente” (Villa María, Córdoba), con su mirada puesta en el cine y en repensar los documentales como herramienta de lucha y transformación; la murga “Cosa de locos” con su esmerado y creativo trabajo con el colectivo Villa Los Galpones y pidiendo ayuda por familias que en alta Córdoba padecen desalojos y son víctimas del hambre; el centro cultural “Fernando Birri” (Santa Fe) con su variada gama de propuestas para el desarrollo de la expresión artística y sus reincidentes apuestas a la independencia y autonomía; “Carbón y sal” (Córdoba) la dinámica y divertida pareja de narradores que se autoafirman en la ubarnidad como marca y origen y apuestan a rescatar “lo escrito”; el centro cultural “Estación Esperanza” (Rafaela, Santa Fe) que en noviembre cumple un año y que podrán celebrar en el galpón que hace poco tiempo habitan con sus propuestas expresivas alternativas al circuito culturoso que se propone desde el Estado; “Juanito Laguna” (Santa Fe) de la asociación Chicos del Pueblo con su campaña constante contra el hambre; estudiantes de Trabajo Social (San Francisco) con sus proyectos de trabajo fuera de la academia y en consonancia con La luciérnaga, organización que se desprende de la revista de la calle cordobesa, también así llamada; los que viven la murga como herramienta de transformación social, “Ni lerda ni perezosa” otra murga cordobesa que se autodefine como grupo artístico social y político, empeñada en recuperar los espacios públicos como lugar de todos y todas ; trabajadores de la cultura que aportan cotidianamente a la construcción del espacio de la biblioteca Somos Viento, para que su razón de existir trascienda el mero servicio y se puedan experimentar otras vivencias y aprendizajes protagonizados por el teatro, la plástica, la música y la narrativa; y quienes escribimos, Los Caminantes con nuestros zapatos llenos de historias, olores, calles, plazas, lecturas, dibujos y caracoles.
Las confluencias pregonan las fuerzas de las correntadas. Decidir encontrarse a pensar que podemos hacer juntos no es casual. Parte de la tarde del sábado la aprovechamos para conversar y conocer acerca de las trayectorias de cada grupo. Pero la fiesta había comenzado antes con “La risa como principio revolucionario” un taller que vienen realizando los integrantes de la murga “Ni lerda, Ni perezosa”. ¿Que si nos reímos?... y además aprendimos unos pasitos de murga que ya andaremos ensayando por ahí. A la nochecita la fiesta se agrandaba y se arrimaban vecinos de la zona de San Francisco. Se animaron danzas al sonar del folclore y al percutir de los tambores brilló el candombe. Había empanadas, guiso de mondongo, vino tinto, gaseosas y fernet. Los narradores nos invitaron a un viaje de cuentos. “Somos viento” presentó las obras de teatro que vienen trabajando en el espacio de la biblioteca. Cruzamos producciones escritas y camisetas: una remera de Caminantes quedó en San Francisco. Alos grupos de música se sumaron músicos independientes y bailarines improvisados pero contentos de mover el esqueleto y de volver a encontrar en el bailoteo a murgueros, cuentacuentos, teatreros, escritores, lectores, tamborileros, niñas, niños, jóvenes, no tan jóvenes, viejos y espectadores. Todos, desde la actuación hasta la expectación de una u otra manera, la noche del 26 de julio, nos metimos en el baile.
Chin Chin por “Somos Vientos” Y que cumplas muchos años más!!!

Celebración de la tierra


Encuentro de transferencia tecnológica Internacional
“Celebración de la Tierra”


La Biblioteca Popular Caminantes junto al la FADU UNL, UTN (seccional Paraná y Santa Fe) y los Colegios de Arquitectos (Paraná y Santa Fe) invitan al encuentro 'Celebración de la Tierra'. Se trata de un evento de capacitación que contará con una novedosa modalidad teórico-práctica. El sitio donde se realizara la práctica es propia Biblioteca Popular Caminantes de la ciudad de Paraná.
Las técnicas que se emplearan serán: muros de bloques tipo BTC (suelo-cemento) “Mattone”, tabiques de Tierra alivianada, entrepisos y techados de bóvedas con la técnica mejicana, entre otros.
-Fecha: del 20 al 23 de agosto.-Lugar: ciudades de Paraná y Santa Fe, Argentina.-Docentes-Capacitadores:
Arq. Roberto Mattone - Italia.Arq. Ramón Aguirre - México.Arq. Rosario Etchebarne - Uruguay.Ing. Celia Neves - Brasil.Arq. Rodolfo Rotondaro - Argentina.Arq. Mario Luis Borulchaski - Argentina.
-Destinatarios: público en general, con énfasis en los sectores educativos y del trabajo. Se convocará a empresas, profesionales, investigadores, estudiantes, autoconstructores y albañiles.-Acreditación como curso de perfeccionamiento de Pos-grado en UTN-Santa Fe y la FADU-UNL, previa inscripción.-Organizan: CECOVI UTN-Santa Fe / UTN-Paraná / Cátedra Forma Materia FADU-UNL / Biblioteca Popular Caminantes / Red Proterra / Colegio de Arquitectos de Entre Ríos/ Colegio de Arquitectos de Santa Fe.

Más información en:

http://celebratierra.blogspot.com/

celebratierra@gmail.com